miércoles, 13 de noviembre de 2013

Actos para que la historia no se repita

El pasado fin de semana, Alemania recordó al mundo, con grandes manifestaciones, el que se considera comienzo del Holocausto: la Noche de los Cristales Rotos (entre el 9 y 10 de noviembre se destruyeron sinagogas, tiendas y negocios de judíos bajo la complicidad de las fuerzas de seguridad). Fue hace 75 años y marcaba el inicio de otro periodo negro de la historia de la humanidad que Alemania ha decidido no olvidar.
El lunes, por su parte, Francia celebraba 95 años desde el Armisticio de la Primera Guerra Mundial que suponía el comienzo de la paz tras años de guerra y desolación en el centro de Europa. Desde ese primer acto en 1918, Francia no dejó de festejar el 11 de noviembre bajo el recuerdo de la paz y la unidad nacional incluso durante la ocupación de la  Segunda Guerra Mundial.
Festejamos las victorias y veneramos a los muertos, con actos y monumentos que nos hacen empequeñecer pues nos recuerdan que la humanidad ha superado límites que nunca pensó alcanzar; que como grupo, nación, familia o persona ha habido momentos en los que el egoísmo, la avaricia y la codicia han podido más que la cordura. 
El poder de los actos para evitar que la historia se repita es tan grande como peligroso, hay que luchar con el juego entre emociones, representaciones institucionales y personas directamente afectadas, para no hacer de la fecha señalada un motivo para lo contrario que nos proponemos y para lograrlo disponemos del protocolo, la diplomacia, la formación y la complicidad de la sociedad (no olvidemos nunca por quién recordamos).

Memorial Guerra de Corea en Washington


jueves, 31 de octubre de 2013

¿Y la comunicación interna?

Hablamos a menudo de la necesidad de que nuestros actos, nuestro comportamiento, nuestra imagen vayan siempre acordes a nuestros valores, a nuestros pensamientos y sentimientos, parece algo sencillo y sin embargo no siempre conseguimos ser coherentes al cien por cien. 

Si es difícil para una sola persona, cuánto más para una organización o empresa en la que desde el presidente hasta el recién contratado reciben una imagen y expresan otra según sus impresiones, relaciones y ambiente que encuentren en un lugar en el que pasan la mayor parte del día. 

Y si queremos unificar esa imagen que la empresa desea dar  a medios, clientes, proveedores y diferentes públicos, será necesario elaborar una estrategia de comunicación interna que permita a todos los empleados descubrir y entender la organización en la que se encuentran, facilitando la relación entre departamentos y ser los primeros conocedores de las novedades que les afectan como marca. 

Así son los departamentos de comunicación, relaciones públicas y protocolo, los encargados de hacer públicos (según los niveles de confidencialidad necesarios) los organigramas, los medios de comunicación interna y las formas de contacto con las diferentes áreas y también serán quienes expliquen al conjunto de empleados las razones y objetivos de su comunicación para que se sientan parte de ella y la imagen que transmitan sea la que también nosotros queremos dar.

No olvidemos tener en cuenta a nuestros compañeros para que nuestra imagen sea la misma en todos los niveles y para todos los públicos y conseguiremos la repercusión deseada. 

jueves, 24 de octubre de 2013

Una herramienta para la comunicación


Que el protocolo comunica nadie lo discute, que sea la excusa para comunicar lo que queremos ya es otra cosa… (pero tenemos que tenerla en cuenta).

Y es que el protocolo sólo ocupa líneas en debates y medios cuando se “rompe” (cual jarrón de porcelana) o cuando alguien se lo “salta” (como en un campeonato hípico) y, sin embargo, el protocolo está en cada acto, evento o encuentro que se produce a cualquier nivel. El protocolo ordena y dispone según unas normas, leyes y costumbres que no todos conocen pero de las que todos saben.
Cualquier persona, empresa o institución trabaja en la búsqueda de una imagen fiel a sí misma, a sus valores, que logre un prestigio destacado en su ámbito o, según su alcance, a nivel más global. Y para este fin se cuenta con las relaciones públicas, los medios de comunicación, la red de contactos, la coherencia que demuestran dichos y hechos y el protocolo.


Así volvemos al título de esta entrada, si el protocolo comunica, debemos antes de nada saber qué queremos  comunicar: el poder de la silla vacía como muestra de rebeldía,  la reivindicación del centro como significado del poder, el respeto en la reverencia o que se hable realmente de la razón del acto que se ha convocado. 
En este caso los organizadores también deberán tener en cuenta si el evento debe ser importante por sí mismo, por sus presencias o ausencias, por su originalidad o tradición... Habiendo analizado esto y teniéndolo en cuenta desde el primer momento, la transcendencia final del acto ya no nos cogerá por sorpresa. 

En resumen, como herramienta de comunicación, debemos dominar el protocolo para controlar sus resultados porque de esa manera podremos anticiparnos a la noticia.

jueves, 17 de octubre de 2013

Día Mundial de

Hoy es el Día Mundial de la Erradicación de la Pobreza, ayer lo fue del Pan y de la Alimentación. El Día mundial, internacional o nacional, es el impulso que  los medios de comunicación dan a realidades que descuidan el ritmo constante, el ir y venir de los acontecimientos habituales de la sociedad y que forman parte del día a día de otros muchos. Reportajes, entrevistas y espacios dedicados a una fecha sólo por el hecho de serlo. Cada día del año acoge una de estas celebraciones e igual que en el santoral, son los homenajeados quienes recuerdan su fecha y si son lo suficientemente importantes o llamativas, también los medios lo harán.

Ayer todos ocuparon minutos de sus espacios en cálidos homenajes al pan y a los panaderos, profesión dura como muchos oficios artesanos. Una celebración como ésta es la ocasión perfecta para que asociaciones, organizaciones y gremios vistan sus mejores galas para darse a conocer al gran público y salir de la rutina del día a día con actos, eventos y encuentros que ayudarán a dar relevancia y permitirán un minuto de oro aunque sólo sea… una vez al año.

¡Feliz Día De a todos!


lunes, 21 de enero de 2013

Inauguration Day


Sin duda, no hay acto más ceremonioso que aquél que está dotado de elementos oficiales, obedece a la tradición y guarda en su esencia la base de unos valores y signos que mantienen su sentido en el cumplimiento de un protocolo milimetrado.

Estamos asistiendo en estos días a uno de esos actos. Ayer, 20 de enero, como marca la costumbre, desde 1937, el reelegido presidente de los Estados Unidos de América, juró su cargo en un acto íntimo junto a su familia.

Puesto que este año ha sido domingo, los fastos se han retrasado al día de hoy, el siguiente lunes después del día 20, haciendo de éste un día festivo para los funcionarios federales del Distrito de Columbia y alrededores con el único objetivo de reducir el tráfico en el entorno de la celebración.

Desde 1981 la ceremonia se celebra en la fachada oeste del Capitolio frente a los homenajes a los antiguos presidentes Washington, Lincoln y Jefferson.

Tal es la importancia de este acto que los fondos para su desarrollo son encargados al Presidential Inaugural Commitee. Y hoy en día no hay acto perfecto que no sea comunicado y orientado a quienes no pueden asistir, y en eso los norteamericanos son expertos, así la ceremonia pública de Toma de Posesión será no sólo un acto oficial sino un evento mediático que podremos seguir gracias a los canales habituales y las redes sociales a través de la propia Casa Blanca 

*Bibliografía: United States Protocol. The Guide to Official Diplomatic Etiquette, Ambassador Mary Mel French